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Ethan abrió los ojos de golpe, una sonrisa se proyecto en sus labios. Se enderezó sintiendo su
espalda completamente tensa después de estar horas en la misma posición. Su hermano, el supuesto
alfa lo había dejado en aquella celda solo con una manta y nada más. Se podía ser un poco más
considerado, pero viniendo de él se lo esperaba. Que se podía esperar del hijo de aquel maldito lobo
que lo había abandonado junto con su madre a la deriva, en pleno bosque, rodeados de salvajes y sin
comida.
De solo recordar aquellos años le hacía sacar sus colmillos y querer desenterrar el cuerpo del antiguo
alfa, ese que solo había dado su esencia y degollarlo por sí mismo.
Pero ahora no era el momento de pensar en ello. Quien venía caminando en dirección a él era lo que
llenaba toda su atención. La había llamado innumerables veces, sobre todo en las noches, para que
dejara a su hermano y viniese con él. Él podía darle lo que de seguro Dixon no podía. Al final ella
había acudido a su llamado y eso lo llenaba de goce. Era su mate después de todo.
Escuchó los pasos lentos y muy suaves que se acercaban a la celda y se levantó para agarrar los
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llenarse los pulmones. Dios, eso era lo mejor que podía pasarle en el dia.
Sintió su cuerpo calentarse y su miembro ponerse duro ante la esencia de ella. Dejó salir también sus
feromonas en respuesta atrayéndola con más fuerza. Queria besarla y tocarlo, borrar la esencia de su
hermano, aun cuando era consciente que ella lo necesitaba también. Maldijo a la diosa luna. ¿Por qué
tenían que tener una misma loba para los dos? ¿Por qué tenía que compartir? La figura que se detuvo
delante de él hizo que su mente dejara de pensar y toda su atención se depositara en ella. Al fin
estaba allí.
Clara salió de la mansión del alfa con paso seguro. No encontró nadie que se atravesara en su camino
Se notaba que había una emergencia en la manada. Hizo tronar su cuello sintiéndolo tenso. Estar
tantos días encerrada no le habían hecho nada bien a su cuerpo, e incluso la lluvia mojando su vestido
y enfriando su piel fue la mejor sensación del mundo. No permitiría que al menos ellos la volvieran a
encerrar.
Bueno, al menos a ella, su otra parte… esa seria otra historia, la Clara débil era difícil de manejar,
aunque en este momento la tendría que utilizar. Ya el beta se había enterado de su situación, no podia
permitir que sus mates lo supieran Solo espetaba que al lobo no se le fuera la lengua
Ahora, y con una leve sonrisa se encamino hacia donde estaba encerrado su mate. Llegó rápido. Sus
piernas se habían movido por si solas En la entrada encontró que había un guardia. Era de
spatarse, Dixon no dejaria solo a su hermano, dada la amenaza que representara. Chasqueo la Innfila
y relajo su rostro Spaceró a él con la cabeza pacha. Al verla el lobo se pudo tenso.
Tú no lo mucho más Ya era bien sabido el hecho de que ella era la pareja del alla y la fu!uia lua de la
tanada Aun asl, la idea no falan bien nepuna por algunos U lar de hablar con el lub qurista alla letto,
me punte da la llave? ella habló
con un tono suave y muy sumiso. Acto seguido hubo una carcajada por parte del guardia. -¿Esto es en
serio?- había desdén en su forma de hablar – Acaso esto es lo que nos va a dirigir. Esta loba que ni
siquiera puede alzar la cabeza y pedir las cosas de forma tan miserable. El macho alzó la mano en
dirección al cabello de ella con intenciones de jalarlo fuerte cuando se quedó congelado en el aire. El
olor que ella desprendía, uno mezclado non solo con el del alfa, y del que tenía encerrado, sino uno
más fuerte y demandante le hizo erizar todo el vello de su cuerpo y retroceder un paso. -Ah. Y yo que
quería ser amable – Clara dijo moviendo ligeramente su cabeza y apretando uno de sus puños.
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El cuerpo del guardia cayó en el suelo sobre un charco de agua de lluvia. Ante él clara abrió su mano
dejando que sus dedos se movieran para relajarlos después de haber golpeado al macho fuertemente
en su estómago, al punto de dejarlo inconsciente. -Este cuerpo está muy débil- se quejó Clara con sus
huesos palpitando- tendré que entrenarlo más cuando esté al mando.
Suspiró y se arrodilló para sacar la llave del bolsillo del pantalón del lobo y se encaminó hacia el
interior de las celdas. Su mate ya la esperaba. Solo con entrar pudo oler las feromonas de él
respondiendo a las de ella.
Clara avanzó hasta el final donde el cuerpo del macho estaba contra los barrotes con una posición
relajada y una expresión típica de aquel que sabía que había ganado. Claro, él la llevaba llamando
desde hacía tiempo atrás y ella al final había acudido.
Bajó la cabeza para que él no pudiera notar el brillo carmesí de sus ojos y sacó la llave. Pudo oler la
ansiedad del lobo ante los movimientos de ella, se notaba que ansiaba que esa puerta no estuviera
entre ellos. Pero Clara no tenía intenciones de ser descubierta.
Y así, cuando la reja ya no fue un obstáculo entre ellos dejó que su parte débil retomara el control no
pudiendo retroceder cuando los brazos de él envolvieron su cuerpo y lo abrazaron con fuerza.
Clara nuevamente consciente se impresionó tanto por donde estaba, con quien estaba y lo que estaba
haciendo… con la boca del lobo comenzando a devorar la suya. +