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Capítulo 243
“¿Y tú crees que quiero recuperar a Héctor?”
Selena soltó una risotada burlona. “Vas a decirme que debería gastar mi tiempo, mis esfuerzos y mi
dinero en algo que yo misma seleccioné, solo para complacer a un hombre que no quiero? ¿No es eso
como tirar mi dinero a la basura? ¡Solo ustedes podrían considerarlo un tesoro ahora!”
“Tú…”
Raquel estaba tan enfadada que casi se le salen los ojos. “¿Quién dijiste que es basura?”
Selena la tiró de reojo. “¿No entiendes nada, verdad?“.
La gente alrededor empezó a reírse a carcajadas. Incluso un tonto entendería lo que ella estaba
diciendo.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtRaquel apuntó a Selena con el dedo. “Tu… tú estás diciendo que Héctor es un pedazo de basura…
tú…….“
“Si, eso es exactamente lo que estoy diciendo. Y también dije que ustedes, que tratan la basura como
un tesoro, son como cierto tipo de insecto. ¿No te has dado cuenta?”
¿Un tipo de insecto?
Eso no puede ser…
Selena se frotó las sienes, molesta. Mantener una conversación con esta gente era realmente
agotador.
Pero tenía que admitirlo.
Petrona tenía razón, hablar con algunas personas era una prueba de paciencia.
Cuando vio que Raquel se estaba poniendo roja de ira, otra mujer intervino. “Selena, sigue hablando.
Pero no olvides que tú fuiste la prometida de
Héctor.”
Selena cerró los ojos y se masajeó la frente.
“¿Así que estás diciendo que Héctor es basura para insultarme?”
“Tu… La mujer se quedó sin palabras, completamente desconcertada por la respuesta de Selena.
Selena había adquirido una lengua muy aguda.
Selena miró por encima del hombro de Raquel a Rosa y se rio fríamente.
“No te preocupes, nunca me he aprovechado de él. Ya hay alguien que quiere ser ese insecto
desesperadamente.”
El rostro de Rosa se puso pálido. La burla en los ojos de Selena, combinada con viejos rencores,
hacía que Rosa quisiera destrozarla. ¡Quería destrozarla!
¡Esa maldita!
Selena miró a la vendedora que estaba a su lado, claramente desconcertada. ¡Te lo diré una vez más,
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmenvuélvelo para mí!”
En ese momento, un grupo de vendedoras se acercó.
Una de ellas, con un traje profesional negro, tenía una expresión fría en el rostro
“Señorita Selena, este conjunto cuesta diez mil dólares, no hacemos descuentos, ni vendemos a
crédito. ¿Está segura de que puede pagar ahora?”
Las noticias sobre ella se habían extendido como la pólvora en Internet. No solo había rompido con la
familia Morales, sino que también había perdido su posición como futura dueña de Cedrés Business.
Además, los hombres que aparecían en las noticias, ahora que se había destapado la verdad,
seguramente la habrían dejado.
Cuando llueve, diluvia. La situación de Selena era realmente desesperada.
¿Cómo iba a tener dinero para comprar estas cosas?
Lo que las vendedoras decían era absolutamente cierto.
Si ella pudiera pagar, deberían venderle.
Pero ahora, estaba claro que solo estaba intentando provocar a Rosa. Si realmente le vendían a
Selena, con ese solo gesto, ofenderían a Rosa de la peor manera posible.
Además, Rosa era la futura dueña de Cedrés Business.